OnlyFans, la plataforma creada en 2016 bajo el esquema de subir contenido de libre elección a cambio de que tus “fans” o “suscriptores” paguen una suscripción mensual. Esta plataforma ha crecido exponencialmente durante la pandemia, pues es una forma de ganar dinero de manera rápida y sencilla, con más de 50 millones de usuarios, de los cuales 1 millón aproximadamente son creadores de contenido, la mayoría de alto contenido sexual.

La prostitución es una de las profesiones más antiguas del mundo, no obstante, el internet brinda a las personas una herramienta de magnificación, pues la porgnografía es prostitución con una cámara. Pero bien ¿Por qué es tan glorificada la prostitución digital mediante esta plataforma?

Muchas mujeres manifiestan que el uso de esta plataforma empodera a la mujer puesto que ellas deciden el monto recibido y el contenido que suben a su cuenta además de “empoderar” sus cuerpos bajo el esquema de la libertad sexual al monetizarlo bajo sus condiciones y su consentimiento.

La pornografía cumple con una función tridimensional; por una parte reproduce la violencia contra las mujeres, por otro lado, se explotan sus cuerpos para generar ganancias y asimismo, se adoctrina a las mujeres y hombres para repetir el proceso.

Por lo que es momento de preguntarse ¿Cosificación o Empoderamiento?

La realidad es que esta plataforma alimenta la misma industria pornográfica, en la que su finalidad es instrumentar el cuerpo y sexualidad de la mujer para reducirla a mercancía, intercambiable y al alcance de la satisfacción masculina, consiguiendo la perpetuación ideológica del patriarcado, haciéndola rentable y “atractiva” en el mercado, más aún, porque las mujeres otorgan su consentimiento bajo la idea feminista del empoderamiento femenino con el esquema de la libertad física y sexual.

Pues sí, es cierto que las mujeres pueden hacer lo que se les plazca con sus cuerpos, pero ¿Perpetuar la cosificación? Es importante concientizar que al momento de formar parte de esta plataforma estás aceptando tu sexualización, estás de acuerdo en que será visualizada como un objeto de satisfacción sexual, y todo lo que compartas dejará de ser tuyo, para terminar siendo reducida a un ser despersonalizado, de acceso material y que vas a depender económicamente de satisfacción masculina y de tu propia explotación. ¿Suena empoderado?

Hay que diferenciar el sentimiento del “falso empoderamiento” y el hecho de ser o estar verdaderamente empoderada, puesto que dicho sentimiento subjetivo de empoderamiento, se da en una estructura en la que la mujer es valorada solamente por su apariencia y aceptada si se ajusta en los patrones establecidos, en ese sentido, el “falso empoderamiento” es decir, la cosificación sexual a las mujeres aumenta el poder en los hombres, pues aumentan sus exigencias en sus relaciones y las mujeres deben asumir la cosificación, consolidando un estatus inferior. 

Esta conceptualización de la cosificar a la mujer en lugar de verlas como sujetos, este proceso de resocialización, al servicio del poder y satisfacción masculina, vuelve a consolidar el estatus obsoleto de inferioridad de la mujer.